La Ley Silla alcanza su segunda etapa de exigibilidad el 15 de diciembre de 2025, cuando vence el plazo de 180 días para que las empresas adapten sus reglamentos internos al derecho al descanso laboral.
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La Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) iniciará las inspecciones completas que verifican tanto las sillas con respaldo como la documentación que regula las pausas durante la jornada. Esta reforma a la Ley Federal del Trabajo aplica universalmente sin importar el giro empresarial, con multas de $28,285 a $282,850 pesos por cada trabajador afectado.
La STPS aclara que el derecho al reposo existe desde el 17 de junio de 2025, aunque el periodo transitorio permitió ajustes normativos. Cointa Lagunes Cruz, directora de Normalización en Seguridad y Salud Laborales, enfatizó que las autoridades programarán visitas para confirmar el acceso a asientos en estaciones de trabajo o en áreas designadas. Las empresas deben demostrar el cumplimiento mediante políticas internas que incorporan evaluaciones de riesgo específicas por puesto.
Ley Silla: ¿Qué cambia en su segunda etapa?
Desde hoy, 15 de diciembre, los inspectores laborales exigen reglamentos internos que detallen tiempos y frecuencias de pausas según el nivel de riesgo detectado en cada posición. La STPS proporciona un cuestionario para evaluaciones que determinan el tipo de silla y el número requerido, integrándose al Diagnóstico de Seguridad y Salud conforme a la NOM-030. Esta fiscalización cierra interpretaciones que posponían obligaciones más allá de junio.
La funcionaria federal destaca que la naturaleza del trabajo solo define la ubicación del asiento, no la obligación del reposo preventivo. Los trabajadores evitan la bipedestación prolongada que causa:
- Fatiga
- Tendinitis
- Várices
- Lumbalgias
- Fascitis plantar
Evaluación de riesgos dicta pausas personalizadas
Las empresas deben realizar análisis específicos con una herramienta de la STPS para poder fijar la duración y periodicidad de descansos sin tiempos mínimos obligatorios, ya que no se trata de una Norma Oficial Mexicana. Dicha flexibilidad permite adaptar medidas a riesgos reales de cada industria, desde manufactura hasta servicios. Las sillas con respaldo se colocan en puestos que lo permiten o en zonas dedicadas para labores de pie prolongadas.
La segunda etapa de la Ley Silla transforma los asientos de mera herramienta en elemento preventivo de salud ocupacional, alineándose con estándares de Chile y Argentina. La STPS emitió lineamientos el 17 de julio que orientan su implementación sin imponer cuotas fijas de pausas.
Aplicación universal elimina excepciones industriales
Todas las empresas proporcionan descansos independientemente de si la actividad permite trabajar sentado permanentemente. Esta universalidad elimina vacíos legales previos que limitaban la norma a establecimientos industriales. Mientras que los inspectores priorizarán evidencia documental sobre disponibilidades físicas aisladas.
La segunda etapa de la Ley Silla fortalece la cultura ergonómica nacional y eleva estándares laborales. Las empresas deben actualizar las políticas para evitar sanciones acumulativas durante las revisiones federales rutinarias. La Ley Silla es un paso para la mejora en México y la prevención de enfermedades laborales crónicas.
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Los trabajadores pueden reclamar sus derechos mediante denuncias ante la Procuraduría Federal de la Defensa del Trabajo. Mientras que las autoridades laborales capacitan a los inspectores para poder identificar los incumplimientos sistemáticos en giros diversos.
