El Banco de Pagos Internacionales (BPI) alertó sobre un fenómeno inédito en los últimos 50 años: la subida simultánea y explosiva tanto del oro como de las acciones, la llamada burbuja de oro. Por un lado, el mercado de renta variable se mantiene impulsado por las ganancias derivadas de la inteligencia artificial y la innovación tecnológica.
Mientras que por otro, el precio del oro experimentó un aumento del 60% en 2025, siendo este su repunte más fuerte desde 1979, con un alza acumulada superior al 150% desde 2022, impulsada por factores como la inflación postpandemia, la guerra en Ucrania y sanciones occidentales contra Rusia. Este comportamiento atípico despierta dudas sobre la posible existencia de una «doble burbuja» que podría afectar la estabilidad financiera mundial.
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BPI: Impacto en los mercados y riesgos de la burbuja de oro
Hyun Song Shin, asesor económico del BPI, señaló que el oro se ha comportado como un activo especulativo en lugar de refugio tradicional, compartiendo este comportamiento explosivo con el índice S&P 500 de Wall Street. Además, la presión comprador de inversores minoristas está llevando a que los fondos cotizados en bolsa (ETF) de oro coticen con una prima respecto a su valor liquidativo, un indicio de desequilibrio en el mercado. Los bancos centrales, también grandes compradores de oro, marcaron un tono firme en los precios, lo que genera preocupación sobre la sostenibilidad de las valoraciones actuales.
La pregunta clave es qué alternativas tendrían los inversores para refugiarse si tanto el oro como las acciones sufren una corrección abrupta. La simultánea vulnerabilidad de ambos mercados pone en alerta a gestores y autoridades, que analizan posibles consecuencias para las reservas internacionales y estabilidad financiera global.
Comparativa con burbujas pasadas y perspectivas económicas
El BPI advierte sobre la doble burbuja de oro, traducida en la creciente fragilidad del escenario de riesgo, en medio de preocupaciones por sobrevaloraciones en el sector de inteligencia artificial y caídas del 20% en criptomonedas como el bitcoin. A diferencia de la burbuja de las puntocom en los 2000, hoy las empresas de IA generan beneficios reales; sin embargo, queda en duda si los elevados gastos en infraestructura tecnológica se justificarán a largo plazo. La fortaleza de la economía mundial en los próximos meses será determinante para controlar o exacerbar estos riesgos.
El BPI también monitorea la evolución del dólar, esperándose una caída anual significativa, la mayor desde la crisis de Lehman Brothers en 2007. Este conjunto de factores, doble burbuja en oro y acciones, riesgos tecnológicos y fluctuaciones cambiarias, configura un entorno financiero que requiere vigilancia y prudencia, dado el potencial impacto en bancos centrales, inversionistas y mercados globales.
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Este escenario prevé a inversionistas y autoridades a prepararse para posibles volatilidades y a buscar estrategias de mitigación ante una evolución aún incierta del mercado financiero global.
